Sunday, December 19, 2010

Descubrimiento

De pronto, un día
seré yo mismo
y entonces,
entonces...
comenzará por fin
mi verdadera historia!


Romperé en mil pedazos
todos los recuerdos
vacíos.


Miraré hacia el sol levante
y me iré, me iré!,
dejando atrás las máscaras
y la hipocresía.


PELLEAS, enero 1994.


Sunday, November 21, 2010

Dulce A.

Quiero verte,
en silencio.


Déjame tomar tus manos,
sin hablar.
Mirarte a los ojos
y besarte.


Quiero sentir,
mi corazón y el tuyo,
juntos.


Sin palabras,
sin análisis, ni explicaciones.
Para así poder escuchar,
nuestros sentimientos.


Y vivir,
en libertad.
Sencillamente,
vivir...


PELLEAS, febrero 1984.


Sunday, November 07, 2010

Para A.

Lo que tú me ofreces lo acepto.
Tu amistad, soy tu amigo.
Tu tristeza y tu alegría,
para compartir.
Una esperanza de amor,
para vivir.


¿Qué espero de tí?
Espero que no cambies,
que seas como realmente eres,
en cada momento,
auténtica.


Espero...
el brillo de tus ojos y tu caricia.
Quiero tu ternura y tu pasión.
Quiero tus enojos y
la reconciliación.


Quiero,
tus caprichos y tu razón.
Quiero que seas tú
para mí.


Te ofrezco mi mirada,
nunca cansada, para verte.
Y si me quieres,
tal como soy,
yo seré para tí.


Recíbeme en tus brazos,
estoy viajando hacia tu amor.
Ilumina mis pasos.
Guía hacia el tuyo mi corazón.


Mi alma anhela tu paz.


PELLEAS, enero 1982.-

Thursday, April 13, 2006

Amores que vuelven

Amores que vuelven

Todos hemos tenido amores. Como hombre,

como varón, me estoy refiriendo a relaciones

amorosas con mujeres, para ser muy claro.

Y estoy hablando en plural.

Considero algo poco frecuente, aunque para

nada inconveniente, que un hombre tenga

una única relación en toda su vida, con una

única mujer. Si ha sido así, bien por él.

Sus posibilidades de ser feliz son muy altas,

ya que no hay posibles comparaciones,

aunque quizás no se puedan evitar las

curiosidades.

Pero me estoy refiriendo a quienes, como yo,

hemos vivido varias relaciones.

Así, hemos experimentado varios comienzos,

muchas rupturas y otras tantas reconciliaciones

y también separaciones en apariencia

definitivas.

Pero hay amores que vuelven ...

y a veces más de una vez.

Dicen que las segundas partes nunca son

buenas. No siempre es así, en ocasiones,

segundas partes e incluso terceras y cuartas,

superan todo lo anterior en intensidad.

Sin embargo, llega un momento en que

debemos dar por terminada definitivamente

una relación sentimental.

Dicen que las mujeres, cuando terminan una

relación, la rompen totalmente.

Como esta es una generalización, por el sólo

hecho de serlo, es un error. A pesar de ello,

creo que es cierto. Cuando una mujer deja de

querer a un hombre, rompen sus cartas,

queman sus fotos, borran de su memoria

todo recuerdo, dedicándose por completo

a un nuevo amor o bien a otras actividades.

Los hombres no somos así. Y esta es también

una generalización, pero podría asegurar

que, al menos aquellos hombres con un nivel

cultural elevado, se cumple la diferencia.

Me gustaría decir, "con aquellos que han

disfrutado al recorrer las callecitas de

Montmartre", pero suena demasiado pedante.

No es necesario pasear por París, por el parque

Buttes-Chaumont, para ser un romántico,

aunque ayuda.

Creo, al menos es mi caso, que los hombres,

con la salvedad anterior, nunca olvidamos

nuestros amores. Por el contrario, los

coleccionamos y gozamos recordándolos.

Jamás romperemos las cartas de amor,

ni quemaremos las fotos, sino que guardaremos

todos los recuerdos como un tesoro, en un

lugar bien oculto, a prueba de intrusos.

Y de vez en cuando, con bastantes suspiros,

volveremos a soñar con nuestras

"nueve bellezas".

Pero, justifiquemos el título.

¡Qué haremos con un amor que vuelve?.

Es decir, con una mujer que dejamos

en el pasado y que nos solicita ahora un

nuevo encuentro, para rehacer la unión,

para volver a ser pareja.

Si aún la amamos, debemos aceptar la

nueva oportunidad que nos regala la vida.

Pero, si solamente seguimos enamorados,

es decir, sólo atraídos sexualmente,

debemos negarnos. Por múltiples razones.

Primero, por estética, ya que nunca la

reanudación de la relación tendrá la belleza

de la anterior.

Segundo, por las relaciones cotidianas.

No podrán impedir que las viejas rencillas

reaparezcan y se vuelvan a repetir las

antiguas odiosidades que originaron

la ruptura.

Tercero, por dignidad, ya que cuando se toma

una decisión bien pensada, no se debe dar

marcha atrás, se debe perseverar en la decisión.

Aunque se sufra por el deseo de volver a revivir

los momentos de placer, no vale la pena.

Y en cuarto lugar, "last but not least",

porque nuestro propio deseo experimentaría

una disminución muy notoria y eso es

insoportable. Hasta echaría a perder el

mismo recuerdo.

Por lo tanto, cuando no hay un verdadero

amor, debemos negarnos ante los

"amores que vuelven". Quel dommage!.

Thursday, March 23, 2006

Siempre el amor

¿Existen éxitos y fracasos en el amor?

Respondo mi pregunta de inmediato, NO!.
Intentaré justificar mi respuesta.

En primer lugar no debemos confundir deseo con amor.
Por supuesto, me refiero a la atracción sexual. Aquí no
estamos hablando de amor, sino de sexo. Lo que no significa
que el sexo es imprescindible en el amor de pareja.
Lo que quiero decir (quizás ya lo dije), es que puede
haber sexo sin amor, pero no amor sin sexo.

El amor sexual, no implica, por su parte, lujuria, sino esa
fuerza que nos da el que nuestra pareja nos guste tanto,
que deseamos y nos agrada unirnos sexualmente, pero
también podemos privarnos de ello si fuera necesario.

En el verdadero amor, la intención de contribuir a la
felicidad y bienestar de la pareja, es tan sólida que podría
llegar, paradójicamente, a renunciar al sexo si eso fuera,
quizás por las distancias o por salud o por lo que fuera,
si así lo exige la vida.

Pero voy a mi respuesta. Hablar de éxitos y fracasos, es un
lenguaje comercial, se trata de dinero. Ganas mucho dinero,
y te llamarán "hombre o mujer de éxito", pierdes tu dinero,
te llamarán "fracasado". Y te tratarán de acuerdo a ello.
Especialmente en Chile, donde casi todos se inclinan frente
al dinero.

Pero en el amor, (como en el deporte amateur), no
hay éxitos y fracasos, hay sólo PARTICIPACIÓN.
Ningún amor es un fracaso. Nacen, viven y mueren, tal como
lo hacen hasta las estrellas. Sigue la ley de la vida, porque
somos mortales.

El amor se da entre seres mortales. Porque es la muerte lo
que le da sentido a todo. Porque la muerte es la vida misma
vista desde otra perspectiva. A mí me gusta comparar a la
vida y a la muerte con una moneda:
llamemos vida a la "cara" y muerte al "sello". Son inseparables.
Si quitas una de las dos facetas no habrá moneda alguna.

Pero así como la asociación entre cara y sello recibe el nombre
de moneda... ¿Qué nombre recibe la indisoluble unión entre la
vida y la muerte?. Perdón por lo que voy a decir, porque todo
ser humano merece mi máximo respeto, pero...
¿Cómo es posible que hayan separado a la vida de la muerte,
cuando por separado NO EXISTEN!.

¿Quiénes fueron los imbéciles o peor, los malintencionados que
trataron de engañarnos separando lo que en el mundo está
siempre unido?. Me parece una maquinación horrible destinada
a someter a los hombres para tener poder sobre ellos.

Pero esto debe ser materia de otro artículo...
(Quizás en el blog de un amigo como "wintersonne.blogspot.com")
Mientras tanto, digamos nuestra opinión sobre nuestro tema:
"el que ama nunca fracasa, porque nunca ha buscado el éxito".

Ama y simplemente vive, vive para amar, sin importarle ninguna
meta, ningún resultado. Ama en cada minuto, en cada segundo.
Cada instante está lleno de amor, es decir lleno de esa palabra
que sí existe, equivalente a "moneda" y que encierra a la vez
a la vida y a la muerte: es justamente la palabra Amor.

Para algunos Dios es Amor. Creo que puede ser verdad.
Dios es un concepto que necesariamente contiene a la
Vida y a la Muerte. Si un dios fuera sólo el dios de la
vida o sólo de la muerte, por cierto que no sería un dios.

Hesse menciona un nombre en "Demian": ABRAXAS.
Podría ser un buen candidato para Dios del Amor.